Eso habría creído que iba a ser, un trabajo más. En el cuál me tendría que esforzar para sacar nota, subir la media, y así poder acceder a la carrera deseada. Pero no fue así.
Poco a poco le fui cogiendo gusto a eso de escribir. Ya lo había hecho antes, pero siempre había quedado entre las cuatro paredes de mi habitación, esto era diferente. Esto era compartir un trocito de mi corazón con todo aquel o aquella que quisiera pasar su tiempo leyendo cosas banales e incoherentes, pero que casi siempre hacían que me sintiera mejor y pudiera seguir adelante.
Pequeñas partes de mí que iban surgiendo, la mayoría de las veces según mi estado anímico, y las iba plasmando en un papel. Letra a letra, palabra a palabra, frase a frase, así se iban formando. Hasta que al final quedaba algo parecido a un texto, borroso, tachado, lleno de imperfecciones. El cuál, después de haberlo rectificado innumerables veces, podía ser leído sin ninguna interrupción.
Y esta es mi historia y presentación ante todos ustedes. Una adolescente con un deber, y a la vez, un pasatiempo, que espero poder compartir con vosotros durante mucho tiempo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario