Feliz Navidad a los que se lo merecen, a los que sonríen, a los que van de frente. A todas esas personas especiales, que de una forma u otra me han regalado sonrisas a raudales.
Porque no hay nada más bonito que crecer, vivir tu propia vida y aprender. Y supongo que eso es lo que me llevo este año sin cuartel, rodeada de diferentes personas o gente que repite otra vez.
En definitiva, yo solo quería agradecer a todos los que habéis pasado este año por mi vida, queriendo o sin querer, por haberme aportado tanto y en algún momento haberos hecho de querer.
Porque a veces confundimos la realidad con la ficción, no diferenciamos los sueños de la vigilia, en definitiva, no sabemos si estamos en nuestro mundo o en un universo paralelo.
jueves, 25 de diciembre de 2014
martes, 14 de octubre de 2014
Ese aroma indescriptible que te mece y transporta,
cuando entras en tu cama vestida de blanco novia.
Ese olor tan peculiar, ese perfume tan duradero,
que pasa contigo noches enteras velando por tus sueños.
Pues para mí sigue igual esa sensación de la niñez,
acurrucada en la cama durmiendo hasta el amanecer.
sábado, 11 de octubre de 2014
Y así fue...
Y así fue como el cielo se resquebrajó, dándonos a todos nosotros lágrimas de dolor. Ríos de agua surcan sus heridas que intentan paliar esa pena que sentía. Y al final sólo consiguió hacernos templar con su rugido ensordecedor...
miércoles, 8 de octubre de 2014
Lástima
Harta de las mismas malas costumbres de siempre, de los perdones vacíos que se repiten con sus agujas hirientes.
Porque llega un momento que no puedes más, no vale la pena arruinar el poco tiempo que queda con riñas de preescolar, que acaban en guerras mundiales sin victoriosos que recordar.
Aprende a vivir la vida, vulgarmente que te comience a resbalar, porque más vale hacerse fuerte antes las adversidades que hincar la rodilla y suplicar.
martes, 1 de julio de 2014
Prisionera
La soledad me abruma eso lo sé bien, cuando antes la dominaba y la antojaba a mi querer, ahora ya no es sumisa y se revela poniéndome a su merced.
Al principio era yo la que la llamaba, la necesitaba para mi bien, pues sólo ella conseguía ese sosiego a mi ser. Ahora, al contrario, todo está al revés, pues yo soy ese eslabón perdido que sólo hace retroceder, intentando buscar el sitio que un día me hacía sentirme bien.
Todo gira en torno a ella, un bucle sin noches ni atardecer, pues muy pocos me saben alejar de sus garras para que no vuelva a caer. Por ello cuando faltan, todo comienza otra vez, y de nuevo me encuentro ante ella, perdida hasta el anochecer.
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